La Economía Política del Petróleo y el Gas en América Latina
Texto de Francisco Monaldi, director del Centro Internacional de Energía y Ambiente del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA), de Caracas, Venezuela.
La reciente ola de nacionalizaciones e incrementos de los impuestos en el sector petrolero y gasífero de Latinoamérica puede ser explicada por conflictos distributivos entre las compañías productoras y los gobiernos. Estos conflictos distributivos se originan ya sea por las características de los sistemas impositivos tales como su falta de progresividad y/o por los incentivos que pueden tener los gobiernos en ciertos momentos de los ciclos de inversión y de precios para renegar oportunistamente de sus acuerdos.
En países exportadores netos, en que la prioridad tiende a ser la maximización de la renta, como el caso de Venezuela, un sistema impositivo poco progresivo en el contexto de precios crecientes y la eventualidad de encontrarse culminando un ciclo de inversión, incrementaron los incentivos para la expropiación. Ello se tradujo en cambios radicales en la legislación y en la renegociación de los contratos con las compañías privadas. El comportamiento del sector en Argentina, Bolivia y Ecuador pareciera obedecer a dinámicas de ciclos de expropiación política de características similares. Después de que en los noventa lograron atraer inversión mediante la privatización de sus compañías nacionales (Argentina y Bolivia) y/o la atracción de inversiones privadas (Ecuador) e incrementaron su producción y/o reservas, los gobiernos en los últimos años aumentaron su participación fiscal y renegaron de sus contratos.
Por otro lado, países importadores netos de petróleo y gas como Brasil y Perú han implementado reformas para atraer capitales privados estableciendo un nuevo marco institucional del sector para hacer más atractiva la inversión. Similarmente, Colombia ante la perspectiva de convertirse en un importador de crudo efectuó reformas similares que parecen estar dando resultado. México a pesar de confrontar recientemente los mismos incentivos que Colombia, no ha podido lograr el consenso político necesario para implementar las reformas indispensables.
Los hidrocarburos parecen tener por lo menos un par de décadas más de gran y quizás creciente importancia geopolítica, por lo que países como Venezuela, con grandes reservas excedentarias, seguirán teniendo un rol destacado en dicho escenario. Sin embargo, eventualmente el petróleo irá perdiendo su importancia relativa a medida que los cambios tecnológicos lo desplacen por otras energías más limpias y/o más renovables. Por lo tanto, los países dependientes de energías fósiles como Bolivia, Ecuador y Venezuela con las debilidades institucionales que son el legado de dicha dependencia, estarán en posiciones muy desventajosas para el desarrollo en comparación con sus vecinos más diversificados como Brasil, Chile, Colombia, México y Perú.